Judith Rosas Chavez "Caro"

Obituario de Vida

Judith Rosas Chávez (Caro)

23 de abril de 1976 – 6 de octubre de 2025

Con profundo dolor pero con infinito amor en el corazón, anunciamos el fallecimiento de Judith Rosas Chávez (Caro), quien tomó su último respiro el lunes 6 de octubre de 2025 a las 11:11 PM, a la edad de 49 años.

El servicio funerario se llevará a cabo el 17 de octubre de 2025 a las 3:00 p.m. El Padre Edwin Ngah oficiará el servicio funerario. Con un periodo de visita de 1:00 p.m. a 3:00 p.m. en Ballard Sunder Funeral & Cremation, ubicado en 833 Marschall Rd, Shakopee, MN.

Judith nació el 23 de abril de 1976 en Córdoba, Veracruz, México. Fue una mujer amorosa, alegre y entregada. Esposa, madre y abuela ejemplar, dedicó su vida al bienestar de su familia, llenando cada rincón de su hogar con cariño, calidez y alegría.

Disfrutaba profundamente peinar a sus adoradas nietas, Leilani y Valerie, con quienes compartía momentos de ternura y risas. También encontraba un refugio de paz en las siestas compartidas con sus nietos, Zayne y Mateo, abrazándolos con el amor incondicional que siempre la caracterizó.

Apasionada de la cocina, Judith adoraba preparar platillos para su familia, y no perdía la oportunidad de experimentar con nuevos postres, siempre buscando sorprender y consentir a sus seres queridos. Su comida, como su presencia, era un regalo que unía a todos alrededor de la mesa.

Judith (conocida cariñosamente como Caro) fue el alma del hogar: una mujer que se aseguraba de que todos se sintieran bienvenidos, escuchados y profundamente amados. Su calidez y luz vivirán eternamente en los corazones de quienes tuvieron el privilegio de conocerla.

Su partida deja un vacío inmenso, pero también un legado de amor, unión familiar y recuerdos imborrables.

Descansa en paz, querida Judith. Tu amor sigue siendo la fuerza que nos guía.

Poems:

EL DÍA QUE

CERRASTE TUS OJITOS

Aquel día que en definitiva cerraste tus ojitos fue para mí el día más triste de mi vida. Sentí como todas mis partículas pasaban por un catastrófico terremoto, el mundo se desmoronaba frente a mis ojos, la vida me estaba sacudiendo tan fuerte como un tsunami sacude a una palmera. Sentía dolor, mucha rabia y sin duda miedo. Me quedé con tu último suspiro y tu último te amo y en medio de tanto tormento no pude evitar agradecer a Dios y al Universo por la grandiosa mujer que me tocó como madre.

No cabe duda que tu muerte se siente como una caída libre infinita.

Siempre permanecerás viva en mi corazón madre mía.

- ANDREA JR.

En el cielo brilla una nueva estrella, eres libre y en paz.

Aunque no estés conmigo, siempre estarás en mi corazón.